Escuela ProA Arroyito: padres piden que finalice la construcción del edificio propio
enero 22, 2022Por medio de una carta abierta, también solicitan un lugar provisorio digno para el dictado de clases.
Padres de alumnos de la Escuela ProA de nuestra ciudad enviaron una carta abierta, donde exponen la situación actual que el colegio está enfrentando, de cara al inicio del ciclo lectivo 2022.
En la misiva, los miembros de la cooperadora de la institución informan que en el año 2019 empezó el dictado de clases de primer año, de manera provisoria en un edificio prestado por la Iglesia Católica, mientras comenzaba la construcción del inmueble propio.
En 2020 surgió el problema de la habilitación de una segunda aula en el espacio cedido en préstamo. Ese año, las clases iniciaron semanas más tarde, por la demora en la apertura del aula. Si bien con la pandemia y las clases virtuales la problemática se atenuó, en 2021 eran tres los cursos y solo dos las aulas disponibles.
En paralelo, los padres hacían reclamos a las autoridades municipales e inspectora provincial de Educación, ya que cuando el protocolo Covid permitió volver a la presencialidad, los alumnos de la ProA debieron seguir cursando en la virtualidad media jornada por falta de aulas.
Además, explican que 2022 “nos encuentra sin colegio y este Programa Experimental Avanzado anunciado con bombos y platillos años atrás, nos deja más incertidumbres que certezas, con una alta preocupación de cara al comienzo de clases que es en solo seis semanas y con la construcción del edificio inconclusa avanzando a paso muy lento”.
También exponen que no tienen definido el lugar físico ni cómo va a ser que el colegio funcione con cuatro cursos en doble jornada. El lugar prestado provisorio, que va por el cuarto año, ya no puede cubrir las necesidades actuales del colegio.
“Donde funcionan las aulas no tienen ventanas y, como es un lugar prestado, no podemos hacer mejoras. Si conectamos un ventilador o un caloventor salta la térmica y no podemos solucionarlo porque no podemos modificar la red eléctrica. Tampoco tienen mástil para la Bandera Argentina”, aseveran.
Se trata de 100 familias “que estamos desesperadas” y solicitan que “sin distinciones políticas” ayuden a que se garantice la educación de sus hijos, con el cumplimiento de dos puntos:
Finalización del edificio propio en el año en curso, “ya que van tres años de construcción y no se terminó ni una sola aula”.
Hasta que el nuevo edificio esté terminado, solicitan un lugar donde el colegio pueda funcionar “normalmente como cualquier otro colegio”, con baños suficientes para 100 alumnos y profesores, cuatro aulas para el dictado de doble jornada y lugares para el almuerzo y la práctica de Educación Física (en la actualidad lo hacen en un centro vecinal), aula informática, sala de profesores y dirección.