Una beba nació con 40 semanas de gestación, sin que su mamá supiera que estaba embarazada
agosto 21, 2020 Off By Natalia MarchisoneySi bien la historia de Isabella Milagros Bazán tuvo un final feliz, este nacimiento abre interrogantes sobre el profesionalismo en la medicina local, ya que los padres se enteraron de la llegada de la nena, minutos antes de la cesárea.
Si de luchar, romper barreras y derribar pronósticos se trata, la historia de Isabella Milagros Bazán es un claro ejemplo de que, cuando hay ganas de vivir y de salir adelante, el esfuerzo tiene su premio.
Isabella Milagros Bazán, que tiene dos meses y medio, nació el 2 de junio pasado y sus papás, Natalí Cejas y Gustavo Bazán, pasaron una triste y dura historia que hoy tiene un final feliz, pero que abre interrogantes sobre el profesionalismo en la medicina local.
Según le contaron a Vía Arroyito, en el mes de agosto de 2019, Natalí concurrió a una institución local de consultorios médicos de Arroyito para que la atendiera un profesional de la salud por un control ginecológico. Allí, una médica le sugirió hacerse una serie de estudios, mediante los cuales le detectó supuestas anomalías, en las cuales se basó el tratamiento. Pero, su embarazo no fue detectado hasta horas antes del parto.
Gustavo, el papá de Isabella Milagros le comentó a Vía Arroyito que “luego de realizarse los estudios solicitados, la profesional siguió atendiendo con frecuencia a Natalí. Tras varias consultas presenciales, le solicitó análisis de sangre y orina en el mes de diciembre. Nunca detectó el embarazo de mi esposa“.
En el mes de enero, siguió con estudios que arrojaban resultados normales. “En los análisis de sangre, el resultado de la prolactina, que es el estimulador de producción de leche materna, había dado en parámetros de embarazada pero la doctora, negando el embarazo, tomó este exceso como un problema e indicaba que tenía que bajar la misma”, dijo Gustavo.
En Febrero, la médica le sugirió que se hiciera una resonancia para analizarle una glándula cerebral que produce la prolactina. Una vez hecho el estudio, el neurólogo vio que todos los resultados estaban bien. Luego de eso, “la ginecóloga envió a que se haga de nuevo los análisis de sangre y orina, en los cuales la prolactina siguió subiendo a pasos agigantados y comenzó la medicación para lograr bajarla”, siguió explicando el papá de la pequeña luchadora.
El tratamiento tambien incluía una infección urinaria y, cuando finalizó la medicación, debían realizarse nuevos estudios en el mes de julio, para ver si se normalizaban los parámetros de prolactina y de la infección urinaria.
“Como comenzó la cuarentena, la atención de los últimos días del mes mayo fue a través de la red social Instagram, por sugerencia de la misma médica. Por ese medio enviaba los pasos que debía seguir Natalí hasta que, en la última consulta enviada seis días antes del parto, desde el consultorio no respondieron más“, agregó Gustavo.
Entre la cuarentena y las restricciones, Natalí comenzó a sentir fuertes dolores el 1 de junio a las 20:00 horas. Por eso, su pareja la llevó a la guardia de la Clínica Regional. En la guardia, la doctora le puso un inyectable, le dieron Sertal cada seis horas si el dolor continuaba, y la dejaron ir a su casa.
Natalí también le expresó a Vía Arroyito que “Esa noche no pude dormir de los dolores. Gustavo me llevó a las nueve del 2 de Junio al Hospital Carlos Rodríguez, pero no lo dejaron entrar por el protocolo de Covid-19. Cuando la doctora que estaba de guardia me revisó, pidió una ecografía urgente y detectó el embarazo de 40 semanas de gestación“.
Y entonces Gustavo manifestó que “ahí me dijeron que tenían que realizarle una cesárea urgente para tratar de salvarle la vida al bebé, que hacía horas quería salir. Durante los meses de gestación no tuvo síntomas considerables y confiaba plenamente en lo que la doctora le decía“.
Y, dando más detalles, aseguró que “su peso había aumentado un poco, pero la panza no parecía de embarazada. En el mes de abril aparecieron unos leves síntomas de embarazo lo que llevó a realizarse un test dando como resultado negativo“.
Final (y comienzo) feliz
A las 11:30 horas del 2 de junio de 2020, Isabella Milagros logró su cometido, que era vivir, y nació en perfectas condiciones de salud. Su mirada y su llanto renovaron la esperanza y calmaron los nervios y la incertidumbre de tantos meses.
“Me enteré que iba a ser padre cuando salió un doctor a felicitarme por ser papá y vi a esa bebé de 2,9 kg en una cuna del hospital, con ropita que le prestaron las enfermeras”, afirmó Gustavo.
Natalí la pasó bastante peor: “el post parto fue muy doloroso, yo estaba muy anémica y con dolores muy fuertes. Por la forma del parto, el doctor dijo que me habían manoseado demasiado. Me realizaron un gran corte para extraer a la beba. Tuve problemas para amamantar, la herida se me infectó, me descompuse varias veces y tuvieron que colocarme sangre”, aseveró la joven mamá.
“Por momentos, hubiera deseado dejar de existir antes de sufrir tanto, pero mi hija me dio las fuerzas para seguir peleándola y salir adelante. A los días de que me dieron el alta tuve otra recaída y tuvieron que internarme nuevamente. Recién al mes y medio fui cayendo de a poco y empecé a disfrutar de mi hermosa hija“, sumó Natalí.
Por último, Gustavo agregó que “el milagro de la vida es así, horas y horas que había roto bolsa porque quería salir. La beba estuvo toda la noche queriendo salir. Los médicos nos decían, esto se lo tienen que agradecer a Dios, no hay chance de que algo así salga bien. No hay manera que algo no controlado nunca salga bien”.
Los papás de Isabella Milagros comenzarán con el camino legal: “el abogado tiene todos los papeles e iniciaremos acciones legales por mala praxis, queríamos esperar como estaba la beba. Ahora nos preocupa su salud”, cerraron.
Agradecemos la gentileza de los testimonios y las imágenes a Hugo Schiavoni, de Vía Arroyito.