Una foto de la San Martín desierta durante el feriado desató la polémica

Una foto de la San Martín desierta durante el feriado desató la polémica

marzo 5, 2019 Off By Natalia Marchisoney

La imagen posteada por el fotógrafo y comerciante Raúl Ferreyra generó una serie de comentarios que pretenden desentrañar por qué hemos cambiado tanto.

Hace unos años, muchos y no tantos, la calle San Martín de los fines de semanas era un mundo de gente caminando y sentada en las vidrieras de los negocios. En las heladerías, los bares y restaurantes no cabía un alfiler y la cola de autos paseando no se cortaba desde las primeras horas de la tarde hasta las últimas de la noche.  

Ayer, la imagen de la San Martín desierta en pleno feriado posteada por el comerciante y fotógrafo Raúl Ferreyra abrió una serie de interrogantes, el principal, ¿por qué hemos cambiado tanto?

El factor redes sociales

Claro, en aquellos tiempos dorados, los habitantes de Arroyito, como los de todo el mundo, no habíamos incorporado a nuestras vidas el celular, ese aparato inteligente que parece atontarnos cada día más.

El teléfono nos atonta y, según lo vemos a diario, también nos aliena. Incluso cambió nuestros hábitos de consumo y los vínculos que tenemos.

¿Estamos entonces, en condiciones de afirmar que los vecinos de esta ciudad cambiamos la vuelta por el centro por un stalkeo de las redes sociales? No existe una estadística local al respecto, pero sí la evidencia de que estemos donde estemos, encontramos más personas mirando la pantalla luminosa, que observando lo que sucede a su alrededor o prestándole atención a su interlocutor.

Por consiguiente, anoche cuando Raúl compartió la imagen de una desolada San Martín –vacía también por la postergación de los Carnavales municipales, a raíz del mal tiempo-, estaba ocurriendo lo contrario en el mundo virtual, donde eran todos “puntos verdes”. Muchas conexiones desconectadas de la realidad.

El factor crisis

Por otra parte, en el breve texto con el que Ferreyra acompañó la triste foto, expresó que “así es difícil ponerle toda la energía y buena onda para mantener un comercio con todo lo que implica gastos fijos”. He aquí el segundo análisis de la imagen en cuestión. El factor crisis.

Aunque muchos compartan las fotos de las rutas atestadas durante el fin de semana largo, no pueden pasarnos desapercibidas las estadísticas nacionales de consumo. Ya en el alto verano se había evidenciado una abismal caída del ticket promedio en restaurantes y otros comercios de los destinos turísticos. Ahora, apareció también otro número preocupante, la taquilla de los cines cayó 37,5% en febrero, con respecto al año pasado.

Sí, la gente se escapa, pero de un modo gasolero que, muchas veces, reemplaza a las inexistentes vacaciones. Atrás parecen haber quedado esos veraneos donde se gastaba sin medidas. Ahora, unos pesos menos hacen la diferencia. En otros casos, los que se iban al exterior conocieron las Sierras de Córdoba o la Costa Atlántica, tales los testimonios relevados por medios de comunicación nacionales, sobre los nuevos hábitos turísticos, aparecidos por los aprietos económicos.

Volviendo a la realidad local, Arroyito, que siempre fue definida como una isla a la que las crisis no llegan o llegan atenuadas, parece perder esa condición de oasis. En los últimos años, y más aún es estos meses, cerraron comercios de barrio y los tradicionales negocios agotan su creatividad para salir indemnes de ese panorama.

Acá también se modificaron los comportamientos de los consumidores. La búsqueda permanente de ofertas y promociones y el uso indiscriminado de los plásticos, habla de compradores que ahora sí, afinan el lápiz, miran lo que gastan y en qué.

¿Cambiamos mucho o nos empujaron a la transformación?

Foto: Raúl Ferreyra.